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La evolución del logo de Amazon: así de raro era cuando nació la empresa

Una referencia a un río, sonrisas tristes y de un solo color a dos, el logo de Amazon ha pasado por pocos cambio pero muy determinantes y que hoy definen su actual identidad.

En 1994, Jeff Bezos funda, en su Seattle natal, Amazon, una tienda de venta de libros en eso que se llamaba internet, y en solo dos meses facturó más de veinte mil dólares por semana. Lo que comenzó siendo un apuesta emprendedora es hoy el mayor negocio de e-commerce del mundo, y en su camino, el logo le ha acompañado hasta convertirse en el distintivo que todos conocemos (igual que el de Netflix, que ya te contamos aquí) y que arranca una sonrisa del depositario de sus cajas, la misma sonrisa que acompaña esos paquetes.

Pero como toda historia de éxito que se precie, esa identidad corporativa ha pasado por diferentes diseños, hasta el punto de que prácticamente nadie recuerda el primer logo y que, en este caso, no guarda ningún parecido con el que existe en la actualidad. Repasamos la historia de Amazon desde su logo.

Los orígenes del logo de Amazon (1995): El río más grande

Cuando Bezos creó la empresa, no tenía claro el nombre, y al principio se llamó “Cadabra”, haciendo un juego de palabras con Abracadabra, pero la gente lo confundía con la palabra cadáver y decidió cambiarlo. Se le pasó por la cabeza Relentless pero no le convenció, y finalmente fue Amazon, por dos razones: porque aspiraba a que su empresa fuera “como el río Amazonas, un lugar grande, exótico y diferente”, y porque cuando buscamos algo lo hacemos por orden alfabético y Bezos aspiraba a que en su negocio se encontrase de todo, “desde la a hasta la z”. Así es como, después de un año sin logo, se pone en contacto con la agencia Turner Duckworth.

El logo original de Amazon, de 1995, nada tiene que ver con el actual. En aquel momento, se apostó por la letra A como elemento principal. En negrita y en mayúscula, el travesaño se convertía en una línea curva y vertical en color blanco, simbolizando el curso del río Amazonas. Debajo se podía leer, en minúscula, amazon.com, tipografía sans-serif simple.

Llega el primer rediseño (1997-1998)

Tras dos años de éxito imparable, Bezos se replantea cambiar el logo, algo que denote esa evolución. Quizá con cierta reserva, lo único que cambia fue la impresión de la letra A, a la que se le imprimen unas líneas blancas que parecen salir de ese río inicial, simulando afluentes, una piel de cebra y hasta una huella dactilar.

Tres nuevos diseños en solo un año (1998)

Solo un año duró el primer rediseño, porque en 1998, Bezos volvió a contar con Turner Duckworth para dar un giro de guion al logo. Y anticipamos que no fue a la primera, si no que fue a la tercera. Como casi todo en la vida.

De entrada desapareció la A y se decide poner la marca denominativa, o sea, “amazon.com”, en minúscula y con un tipo de letra serif más estilizada. En la parte inferior se agrega un nuevo lema, “la librería más grande del mundo”, en mayúscula. Y todo el conjunto en blanco y negro.

 

 

Tras ese primer paso, que pareció gustar mucho y que supuso una verdadera ruptura con el logo anterior, aparece una segunda propuesta solo seis meses después. Y aquí, se introdujo un segundo color por primera vez. Las letras pasan a estar en mayúscula, con la letra ‘O’ a mayor tamaño, transformada a modo de círculo, y en un amarillo intenso.

Pero esa O mandando no gustó y a finales de 1998 llegó el que sería casi el logo definitivo y que sirvió como base para la identidad que sigue vigente en la actualidad. El nombre de la empresa aparece resaltado en negrita, la parte del .com queda en menor grosor, todo vuelve a ser minúsculas y en la parte de abajo se añade una línea ligeramente arqueada en amarillo, creando un nuevo símbolo que representaba un puente que unía pasado y futuro. Hoy sabemos que parece una sonrisa en sentido inverso, pero en aquel momento, funcionó.

Sonría, por favor (año 2000 hasta hoy)

Dos años duró la sonrisa invertida. El nuevo diseño definitivo fue obra de Anthony Biles, integrante de la misma agencia, en 1999, pero no vería la luz hasta el 2000. Como hijo de relojero, sabía que todos los relojes en la tienda de su padre debían marcar las dos menos diez, para así, estar sonriendo. Y eso fue lo que hizo.

 

Las letras “amazon” continuaron en minúsculas, pero se volvieron más negras y anchas, y a su vez se excluyó el dominio “com”. Se utilizó una tipografía creada por Erik Spierkermann y muy parecida a la Officina Sans Bold. Además, la línea dorada pasó a ser una flecha con esa ondulación hacia arriba y que va desde la letra “a” hasta la “z”. Con el paso de los años, el símbolo de la sonrisa ha adquirido tanta importancia que incluso se ha utilizado en solitario y se ha convertido en inconfundible.

 

Más información: Arquitectura y Diseño

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